miércoles, 20 de diciembre de 2017

Papá Noel, los Reyes Magos y nuestros hijos. ¿Cómo y cuándo se lo decimos?

La Navidad es una época especial para todos, pero especialmente para los más pequeños de la casa. Además de la cantidad de regalos que reciben, el hecho de saber que alguien mágico existe y les recompensa por ser buenos hace que sea la fiesta favorita de la mayoría de niños. Con todo, nosotros sabemos la verdad, y a menudo dudamos sobre cuando decírsela. ¿Es mejor esperar y que se entere por sus compañeros o contárselo tan pronto como sea posible? 



Por regla general, no es hasta que tienen 5 años que los niños empiezan a distinguir entre realidad y ficción, predominando previamente el pensamiento mágico en su comprensión del mundo. Es por esto que suelen atribuir a objetos y animales cualidades humanas, como sentimientos o pensamientos, además de creer a pies juntillas todo lo que sucede en cuentos ("Las brujas son reales, los fantasmas existen, debajo de mi cama viven monstruos..."). Esto no es algo malo, al contrario; estimula la imaginación y resulta esencial para el desarrollo psicológico de los menores. 

Por regla general, no será hasta los 6-7 años que las primeras sospechas sobre la verdadera identidad de los Reyes aparezcan, normalmente por deslices nuestros (escuchan una conversación entre adultos, encuentran regalos en el armario, se nos escapa algo...). No es extraño que sean ellos quienes deduzcan por sí mismos la auténtica procedencia de sus regalos, y de no ser así siempre podemos decírselo nosotros mismos. A partir de los 7 años ya tendrá el desarrollo suficiente como para entender el por qué lo hicimos, y evitaremos que se alargue innecesariamente y se sienta engañado o traicionado cuando sea más mayor.

Bueno, todo esto en el poco probable caso de que ningún compañero de clase se lo diga antes, porque las más de las veces es así cómo se enteran. En el momento en que un niño lo descubra, es cuestión de tiempo que todos sus compañeros lo sepan también


Con todo, es posible que independientemente de la edad no se tome especialmente bien la revelación. Debemos estar con ellos y ayudarles a entender el por qué lo hicimos, explicándoles que es una tradición que hace feliz a mucha gente y cómo pueden ser las Navidades en adelante. Podemos hacer énfasis en que ahora ya es un niño mayor y por eso se lo decimos, y que como tal podrá ayudarnos a preparar regalos para los demás y mantener el secreto con hermanos o primos pequeños. Si se cierran en banda y no quieren aceptar la verdad, no hace falta insistir constantemente u obligarles a darnos la razón. Es normal que tarden en asimilarlo, y conforme pase el tiempo y hablen con otros niños y adultos irán aceptándolo cada vez más.  

Por último, muchos padres opinan que no debemos mantener la tradición y que lo mejor es decirle desde el primer momento que somos nosotros quienes les hacemos los regalos, y que los Reyes y Papá Noel no existen. Los motivos que dan para esto es que el niño podría guardarnos rencor al descubrir la verdad y que esto afectase a su confianza en nosotros, pero no existe ninguna investigación que confirme o desmienta que realmente sea perjudicial para los niños. Como ya dijimos antes, todos los niños creen en hadas, brujas y monstruos cuando son pequeños, y conforme crecen su pensamiento se asienta en la realidad de forma natural.

¿Y vosotros que opináis? ¿Pensáis que mejor que se enteren solos o apoyáis establecer una fecha y decírselo entonces? Decidnoslo en los comentarios, así como otros temas sobre los que querríais que hablásemos en próximos artículos. 

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