miércoles, 27 de diciembre de 2017

¿Deberíamos subir fotos de nuestros hijos a internet?

Con la Navidad llegan las comidas familiares, los regalos y (para los más pequeños) las vacaciones, lo que suele derivar en un montón de fotos de nuestros hijos, pues ¿quién no querría inmortalizar su cara de felicidad al abrir ese regalo que tantos meses llevaba esperando? El problema llega, cómo no, a la hora de decidir qué hacer con estas fotos. ¿Las subimos a facebook sin más para que las vean todos nuestros amigos o mejor se las enviamos por whatsapp a los abuelos y ya? ¿Nos pasamos a las polaroid y si quieren ver fotos que vengan a visitarnos? ¿Y qué hay de las imágenes que tomamos en el festival de fin de curso del colegio? Hoy hablaremos de eso y de mucho más.



Antes de empezar, permitidme un breve inciso sobre nuestra amiga la ley de protección. Guau, eso sí que da miedo y no una visita al dentista. Pese a lo beneficiosa que resulta para la ciudadanía, la mayoría de nosotros no tenemos ni idea de cuales son nuestros derechos y deberes hasta que nos toca ponerla en práctica, e incluso entonces resulta difícil de abarcar en toda su amplitud. Por resumir sus premisas al máximo, hasta que nuestros hijos no cumplan 14 años no se les considera capaces de decidir por sí mismos sobre sus derechos de imagen, así que seremos nosotros quienes tomaremos las decisiones relativas a las fotos y vídeos en las que salgan, pudiendo hacer con ellas lo que consideremos oportuno. Vamos, que a ojos de la ley todo contenido audiovisual relacionado con nuestros hijos funcionaría igual que el nuestro propio.

La pregunta ahora es, ¿realmente queremos subir esas fotos? 

Un ejemplo que suelo poner en las charlas sobre hijos e Internet es si estaríamos dispuestos a dejar nuestro álbum de fotos familiar en medio de la plaza del pueblo. Todos nuestros recuerdos de infancia, las fotos de nuestra boda, nuestro hijo recién nacido, sus primeros pasos, el día que fue por primera vez a la playa, su cuarto cumpleaños... todos esos momentos descansando sobre uno de los bancos de la Alameda Vieja de Cangas, libre para que cualquiera pueda verlos si así lo desea. Es más, en ese hipotético caso le resultaría más difícil conseguir una copia de las fotos que en Internet, pues si las llevara a una copistería seguro que los dueños harían preguntas, pues no es habitual ver a un desconocido con el álbum familiar de alguno de los vecinos del pueblo.

En móviles y PC existe un botón para capturar automáticamente lo que se está mostrándo en pantalla.


Dos clics me ha llevado esta foto.

Muchos de vosotros estaréis pensando en la configuración de privacidad. Si le decís a facebook que solo vuestros amigos pueden ver vuestras fotos ya no habrá ningún problema, ¿no? No. Para empezar, si no tenemos una contraseña robusta y nuestra cuenta resulta hackeada (algo mucho más común de lo que esperaríamos) todas nuestras imágenes quedarían en manos ajenas. Del mismo modo, si el hackeo recae sobre la cuenta de alguno de nuestros amigos, el pirata informático podrá acceder a todos los contenidos que hayamos compartido con esa persona. Y todo esto sin contar con que perdamos el móvil y adivinen nuestro patrón de desbloqueo, o consideremos lo que hace la propia facebook, quienes no pueden "Vender" nuestras fotos pero sí "Cederlas a terceros". En el momento en que nosotros borremos nuestras fotos se supone que [pasados unos días] desaparecerá de sus servidores, pero hasta ese momento podrían compartir nuestras imágenes con empresas sin consultarnos. En relación a Whatsapp... recordemos que fueron comprados por Facebook hace relativamente poco, y aunque juraron que no habría ningún cambio en la privacidad no hace ni tres semanas que salió esta noticia. Sí, en adelante nuestras fotos de perfil de Whatsapp se almacenarán en los mismos servidores que Facebook. Habrá que estar atentos a más cambios en el futuro sobre contenidos que compartamos por allí.

Además, habría que pensar en nuestros hijos. Igual hoy nos hace gracia una foto de nuestra hija cubierta de mocos y salsa de tomate, pero es probable que cuando crezca no le guste lo más mínimo que esa clase de fotos hayan estado circulando por la red durante todos esos años. Es más, se han dado casos de denuncias de hijos a padres al tener la edad suficiente y negarse los progenitores a retirar las imágenes de la red social. 



¿Y qué hay de los colegios? ¿Puedo subir las fotos de los festivales a los que asista mi hijo? Depende. La ley de protección de datos ampara nuestro derecho de capturar imágenes de nuestros hijos para uso personal y doméstico, pero nada más. Nosotros tenemos los "derechos de imagen" de nuestros hijos, pero no los de sus compañeros. Casi todos los colegios envían al inicio de cada curso una circular a los padres en relación a la toma de fotografías y vídeos de sus hijos en el entorno escolar, y podemos aprobarla o denegarla. Dado que la prioridad a nivel legal es el bienestar del menor, en caso de que los padres se nieguen a firmar el colegio nunca impedirá al niño participar en sus actividades, peeeero legalmente tampoco puede impedirnos tomar fotos en el colegio porque chocaría con nuestro derecho a fotografiar a nuestros hijos. Ante este conflicto de intereses, el colegio nos permite tomar fotos para nuestro uso propio, pero nada más. Si nosotros sacamos fotos a todos los niños y las publicamos en redes sin tener el consentimiento de sus padres nos expondremos a una denuncia de campeonato, y las multas por protección de datos son de todo excepto pequeñas

¿Que aún así queremos subir a Instagram esa foto maravillosa de nuestro hijo disfrazado de duendecillo donde está con su mejor amigo pero no sabemos si a los padres les parecerá bien? Bueno, en primer lugar podríamos preguntarles. Si queremos subir la imagen tal cual y no estamos seguros de si podemos o no será tan sencillo como pedir permiso a los padres del otro niño y ver qué opinan. Si nos dan luz verde, adelante. Si no lo aprueban o no sabemos/queremos contactar con ellos, una alternativa sería censurar la imagen, ya sea difuminando al otro niño o recortando la foto. Probablemente estropee la composición, pero si no tenemos los derechos de imagen toca adaptarse a la ley y los demás padres.

¡Ah! Evidentemente, esto se aplica también en lugares públicos como parques o playas. Si carecemos de consentimiento de sus padres mejor no distribuir fotos de los demás niños.

Si, es por esta misma ley que los hijos de famosos salen así en la prensa rosa.

¿Y cuándo son nuestros hijos los que las suben? ¿Qué sucede con los perfiles de facebook o instagram de nuestros hijos adolescentes? Bueno, pasa lo mismo que sucedería si nuestro hijo robase un coche o rompiera un cristal: como sus responsables legales, seremos nosotros quienes sufran las consecuencias de sus actos. La ley es exactamente la misma para nosotros que para ellos, y su edad no les exime de incumplirla. Si se dedican a publicar fotos de compañeros en redes y tienen menos de 14 años, seremos nosotros quienes afrontaremos la denuncia de los padres del otro menor. Es por ello que resulta esencial hacerles entender la importancia del consentimiento, inculcándole el derecho a la privacidad de los demás lo antes posible. 

Y sin más lo dejamos por hoy. ¿Qué opinión os despiertan las redes sociales? ¿Subiríais fotos de vuestra familia a Facebok? Compartid vuestras experiencias con nosotros en los comentarios.

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