Una vez abrimos a nuestros hijos las puertas a Internet, éstos quedan expuestos tanto a sus ventajas como a los múltiples peligros que allí habitan. Todos hemos oído hablar del cyberbullying, pero quizás no sepamos qué son el phising, grooming o sexting, así que nuestro texto de esta semana estará dedicado a ilustrar qué es el sexting y qué podemos hacer para controlarlo.
El sexting consiste en compartir imágenes o vídeos de contenido sexual (sugerente o explícito) mediante whatsapp, facebook, correo electrónico o similares. Estas imágenes pueden ser propias o de terceros, y cuando la pareja es adulta y ambos participantes lo hacen con su pleno consentimiento es una manera de vivir su sexualidad tan válida como cualquier otra. Un documental bastante interesante sobre este fenómeno entre parejas adultas es Addicted to Sexting, el cual explora cómo muchos matrimonios lo introducen en sus rutinas diarias y utilizan como un juego constante. Los problemas empiezan cuando sustituimos "Matrimonio responsable" por "Adolescentes".
Según un informe de Net Children Go Mobile publicado a finales de 2016, el 35% de los y las menores han recibido mensajes sexuales de algún tipo, y el porcentaje asciende hasta el 42% para la franja de 15 a 16 años. La mayoría de los casos suceden a través de aplicaciones de mensajería instantánea, como Whatsapp o Telegram. Los problemas no son solo el envío de imágenes, sino lo que la otra persona puede hacer con ellas. Los adolescentes acostumbran a confiar demasiado rápido en los demás, lo que les lleva a compartir contenidos de manera imprudente.
Ya no solo es el hecho de que esta persona pueda enseñar nuestra foto o vídeo a sus amigos, sino que a menudo las usan para chantajear al que las envía y conseguir más material. Del mismo modo, al ser contenidos digitales éstos pueden compartirse a través de páginas públicas como 4chan, foros o webs de contenido adulto. Es más, en ocasiones ni hace falta que el receptor nos traicione; con tal de que un virus acceda a su terminal o que una de las dos partes olvide borrar las fotos y pierda el móvil estaremos automáticamente expuestos a todos estos riesgos.
A la vista de todo esto, lo mejor que podemos hacer como padres es la prevención, y para ello lo primero que debemos hacer es hablar con nuestros hijos. La solución no es apartarlos de Internet o que tengan miedo de sus cuerpos, sino educarles para que comprendan todos los riesgos derivados de esta práctica. La web www.sexting.es está llena de información útil tanto para los jóvenes como para nosotros, cubriendo no solo consejos y glosarios sino también múltiples campañas de concienciación contra el sexting e incluso estrategias para que, en caso de decidir hacerlo, practicarlo de la forma más sana y segura posible.
Por último, en caso de enterarnos de que el sexting ya ha sucedido, sería recomendable hablar primero con nuestros hijos para conocer con exactitud la situación, y a partir de ahí valorar. En caso de que el contenido se haya compartido por canales públicos, resultaría útil contactar con los responsables de aquellos canales donde se distribuyó (foros, redes sociales) y solicitar su eliminación. Asimismo, alertar a la policía y/o Fiscalía de Menores de la situación y decidir junto a ellos si denunciar o no será una de nuestras prioridades.
Y eso es todo por hoy. No dudéis en comentar en los comentarios otros temas de los que queráis que hablemos.
El sexting consiste en compartir imágenes o vídeos de contenido sexual (sugerente o explícito) mediante whatsapp, facebook, correo electrónico o similares. Estas imágenes pueden ser propias o de terceros, y cuando la pareja es adulta y ambos participantes lo hacen con su pleno consentimiento es una manera de vivir su sexualidad tan válida como cualquier otra. Un documental bastante interesante sobre este fenómeno entre parejas adultas es Addicted to Sexting, el cual explora cómo muchos matrimonios lo introducen en sus rutinas diarias y utilizan como un juego constante. Los problemas empiezan cuando sustituimos "Matrimonio responsable" por "Adolescentes".
Según un informe de Net Children Go Mobile publicado a finales de 2016, el 35% de los y las menores han recibido mensajes sexuales de algún tipo, y el porcentaje asciende hasta el 42% para la franja de 15 a 16 años. La mayoría de los casos suceden a través de aplicaciones de mensajería instantánea, como Whatsapp o Telegram. Los problemas no son solo el envío de imágenes, sino lo que la otra persona puede hacer con ellas. Los adolescentes acostumbran a confiar demasiado rápido en los demás, lo que les lleva a compartir contenidos de manera imprudente.
Ya no solo es el hecho de que esta persona pueda enseñar nuestra foto o vídeo a sus amigos, sino que a menudo las usan para chantajear al que las envía y conseguir más material. Del mismo modo, al ser contenidos digitales éstos pueden compartirse a través de páginas públicas como 4chan, foros o webs de contenido adulto. Es más, en ocasiones ni hace falta que el receptor nos traicione; con tal de que un virus acceda a su terminal o que una de las dos partes olvide borrar las fotos y pierda el móvil estaremos automáticamente expuestos a todos estos riesgos.
A la vista de todo esto, lo mejor que podemos hacer como padres es la prevención, y para ello lo primero que debemos hacer es hablar con nuestros hijos. La solución no es apartarlos de Internet o que tengan miedo de sus cuerpos, sino educarles para que comprendan todos los riesgos derivados de esta práctica. La web www.sexting.es está llena de información útil tanto para los jóvenes como para nosotros, cubriendo no solo consejos y glosarios sino también múltiples campañas de concienciación contra el sexting e incluso estrategias para que, en caso de decidir hacerlo, practicarlo de la forma más sana y segura posible.
Por último, en caso de enterarnos de que el sexting ya ha sucedido, sería recomendable hablar primero con nuestros hijos para conocer con exactitud la situación, y a partir de ahí valorar. En caso de que el contenido se haya compartido por canales públicos, resultaría útil contactar con los responsables de aquellos canales donde se distribuyó (foros, redes sociales) y solicitar su eliminación. Asimismo, alertar a la policía y/o Fiscalía de Menores de la situación y decidir junto a ellos si denunciar o no será una de nuestras prioridades.
Y eso es todo por hoy. No dudéis en comentar en los comentarios otros temas de los que queráis que hablemos.
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