miércoles, 2 de agosto de 2017

¿Por qué los youtubers resultan tan populares entre nuestros hijos?

El éxito de los youtubers constituye uno de los fenómenos más sorprendentes de los últimos años. ¿Qué interés pueden encontrar jóvenes y niños en un "cualquiera" grabándose en su habitación jugando a videojuegos? ¿Dónde está la gracia de ver a alguien hablando frente a una cámara sobre qué tal le ha ido el día? ¿Deberían nuestros hijos consumir estos contenidos? Descubrámoslo.



Os propongo un ejercicio de memoria. ¿Recordáis quienes eran vuestros ídolos cuando teníais 13 años? Probablemente se trataba de algún cantante o un deportista de élite. ¿Quizás algún actor famoso, como Mel Gibson o Tom Cruise? ¿Tenemos a algún fanático de Axl Rose o Mecano en la sala? En aquella época toda la información que recibíamos de su vida procedía de revistas o televisión, pero ahora las cosas han cambiado. ¿Quién no habría pagado por ver a cualquiera de estos en su día a día? ¿A qué adolescente no le habría encantado escuchar a sus héroes opinar de sus películas favoritas, de sitios guays donde comer o simplemente contándoles una anécdota divertida? Pues algo así es el fenómeno youtuber.

Un youtuber no es solo alguien "famoso" (entendiendo famoso como figura que goza de una reputación, prestigio o popularidad entre un grupo de personas), sino que también es alguien cercano. Un youtuber no llega a su público a través de muros de texto o el plató de un programa de televisión, sino que invita a su público a su habitación y les habla directamente desde allí. Un youtuber de éxito nunca va a menospreciar a su público o a hacerle el vacío a la cámara, sino que constantemente se dirige a su audiencia en un intento de conectar.

Pero esto solo explica la mitad de su éxito. Para entender la otra mitad tenemos que fijarnos en cómo hemos pasado a comunicarnos con la llegada de internet. Imaginad que os doy a escoger entre un vídeo documental sobre Feminismo en los videojuegos y otro que consiste en He Man cantando una canción famosa mientras baila al ritmo de la música. ¿Cual miraríais antes?



¿El documental?


¿O el vídeo estúpido?

Quizás ninguno de los dos os resulte interesante, pero ante la duda la mayoría (tanto jóvenes como adultos) mirarían antes el de He Man, porque al ser una parodia buscará hacerte reír y tardarás menos tiempo en saber si es de tu interés o no. Una vez visto da igual que te haga gracia o no; ya lo has visto, y ya tienes una opinión formada sobre él. Es muy probable que tarde o temprano hables a otra persona sobre ese vídeo tonto de He Man (ya sea para decirle que es una tontería o que te ha hecho gracia), y poco tiempo después más gente conocerá ese contenido.

Gente como elrubius empezó así, creando parodias breves que se volvieron virales en muy poco tiempo. Conforme los jóvenes comparten ese contenido se van suscribiendo a él, porque "Imagínate que cuelga un vídeo y no me entero". Entonces un día elrubius no cuelga una parodia, sino un vídeo suyo jugando a la play y contando chistes y una anécdota durante 10 minutos. Tu hijo lo ve, porque "Si me gustan sus otros vídeos seguro que este también", y poco a poco se forma una rutina de "Llegar a casa y merendar viendo qué le ha pasado hoy a mi youtuber favorito". A diferencia de las estrellas de nuestra generación, aquí no son seres que viven a millones de kilómetros, sino gente normal que nos invita a su habitación a jugar con él y a quien podemos enviar mensajes en twitter o youtube (¡y además nos los reponden!). El fenómeno youtuber nació mediante la tontería, pero se quedó gracias a su cercanía. 

Entonces, ¿deberíamos dejar que nuestros hijos sigan a todos los youtubers que quieran? Claro... que no. 

La clave está en la supervisión. 

Pensemos en youtube como en un videoclub gigante. ¿Dejaríamos a nuestros hijos alquilar cualquier peli que quiera sin revisar por un momento el contenido de la cinta? ¿Le ponemos cualquier canal de TV sin vigilar que lo mostrado sea adecuado a su edad? No, y con internet lo mismo. No hay nada malo en seguir a un youtuber de recetas de cocina, que juega a videojuegos o que hace trucos de magia, pero no creo que a ninguno nos parezca correcto que nuestros hijos escuchen diariamente a gente que titula sus vídeos con cosas como "Una zorra bipolar que folla con su perro y es feminazi", o "Madres PEDÓFILAS que ABUSAN de sus hijos".  No, no es la excepción, y este individuo cuenta con 5,4 millones de jóvenes dispuestos a defender a capa y espada todo lo que dice. Se le conoce en youtube como Dalas, por cierto.


Os sorprendería saber cuantas niñas forran hoy en día sus carpetas con su cara.

Entonces, ¿qué hacemos? ¿Prohibimos internet y que nuestros hijos vivan en una burbuja aislados de la red? No. La solución, como siempre, es la educación. Como padres no solo tenemos que prohibir, sino que también debemos dirigir. Puede parecer un trabajo pesado, pero estar al lado de nuestros hijos cuando visitan internet es primordial para controlar qué consumen y tomar medidas al respecto. Nunca es grato decir "No", pero por más ilusión que le haga a un niño de 9 años no deberíamos permitirle ver una película tan violenta como Pulp Fiction.

El mejor consejo que os podemos dar es que os sentéis con vuestros hijos y miréis lo que ven. Decidid si es apropiado para su edad, y sobre todo hablad con ellos. Preguntadle por qué les gusta, qué encuentran en esos vídeos que les haga verlos, y a partir de ahí actuad como consideréis.

¿Ven vuestros hijos algún youtuber famoso? ¿Qué opináis de todo este fenómeno? Hacédnoslo saber en los comentarios.

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